Hoy voy a contar una historia, esta es una reflexión que una maestra de física nos contó a toda la clase, ella no solo es una gran maestra, si no que también una gran persona, y como yo lo veo una gran madre.
Ella había pasado por mucho últimamente, le robaron casi todo de su casa, su hija estaba enferma y tenia unos problemas económicos, pero eso no la derrumbo, ni a ella, ni a su hija.
Ellas dos son unas personas muy especiales, fuertes, optimistas y alegres, Jade nos contó esta historia ese día, la busque en Internet y la copie y pegue a continuación:
Una niña se quejaba con su madre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su madre, chef de profesión, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre fuego. Pronto el agua de cada uno estaba hirviendo. En uno colocó zanahorias, en otro huevos y en el último preparó café. Los dejó hervir sin decir palabra.
Su madre, chef de profesión, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre fuego. Pronto el agua de cada uno estaba hirviendo. En uno colocó zanahorias, en otro huevos y en el último preparó café. Los dejó hervir sin decir palabra.
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¿Cual eres tu? |
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su madre. A los veinte minutos la madre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"
-"Zanahorias, huevos y café", fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, mamá?"
-"Zanahorias, huevos y café", fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, mamá?"
Ella le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo. Pero habían reaccionado en forma muy diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. El café sin embargo era único; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al
agua.
agua.
"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido, te has vuelto dura y rígida?
¿O eres como el café? El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
Y tú,¿cual de los tres eres?
Después de contarnos esta historia, empece a pensar cual de los tres soy yo, me dije a mi mismo, no puedo ser la zanahoria, nunca he sido fuerte que digamos, casi siempre me derrumbaba ante todo, tenia una actitud frágil como el huevo, me podía "romper" con facilidad, pero con el tiempo, las cosas que me decían, como me trataban, incluso por miembros de mi propia familia, con el tiempo me fui volviendo algo duro y rígido por dentro, pero al mismo tiempo seguía siendo frágil, empece a pensar que, me gustaría ser como el café, ya que cambia las cosas a su alrededor mejoran, yo casi he perdido la mayor parte de mi optimismo, pero no soy necesariamente negativo, ni pesimista, por lo cual me doy cuenta de que aun queda tiempo para que mi actitud cambie, y poder ser mas como el café.
Le agradezco a Jade y a su hija Nahomi, por haberlas conocido, y mostrarme también que a la adversidad siempre se debe superar con una buena actitud, gracias por haber sido una parte de mi vida, siempre las recordare y las tendré en mi corazón, gracias por existir.